miércoles, 18 de junio de 2008

Las damas del crimen


Barcelona, 18 de junio de 2008
Puesto que sigo estando muy verde con esto del Blog, y no quiero que mis lectores (escasos por el momento) me abandonen, aquí os llega la introducción al ensayo sobre "Las damas del crimen", que abandoné tras las cien primeras páginas, desde mi escapada a la ciudad de Mallorca.
Nuevos vientos trajeron a mi vida nuevos intereses, y en eso sigo ahora, mientras preparo la edición de mi novela, finalizada en el islote, "La isla de las voces".
-------------------------------------------------------------------------------------------------
LAS DAMAS DEL CRIMEN (Agatha y Cia.)
rai ferrer


Durante el último Festival de Grenoble, celebrado en octubre de 1989, se realizó una mesa redonda dedicada a la novela negra femenina, en la que participaron entre otras las escritoras, P. D. James, Sue Grafton, Mickey Friedman y María Antonia Oliver. La pregunta a debatir era la de siempre: ¿Existe una literatura policíaca especificamente femenina?
Después de dos horas de bizantinismos verbales, las autoras invitadas (todas ellas, señoras con mucha marcha), se pusieron de acuerdo en señalar que "no hay más que una literatura y que en ella conviven escritores buenos y escritores malos".

Como dijo alguien del público: "Un largo viaje para el que no hacían falta tantas alforjas".
Acallados los teóricos del rifirrafe y zanjado el tema de las "no diferencias" (que haberlas, haylas), pasemos al fenómeno de las damas del crimen y a su éxito en la actualidad, superior si cabe al de sus colegas de pantalón largo.
EL IMPULSO CRIMINAL

Escasas en número en los inicios del género, las mujeres abrieron la novela policíaca a la psicología, y gracias a su labor sabemos más de los motivos del crimen que de venenos y otras zarandajas (dejando aparte, por supuesto, el caso de Agatha Christie).
Sí, como decía Raymond Chandler: "Dashiell Hammett sacó el crimen de su vaso veneciano para llevarlo a la calle", escritoras de fuste como Ruth Rendell o Patricia Highsmith, abandonaron la calle para desvelar al lector los impulsos criminales de sus protagonistas.
Esta característica, que desde la publicación en 1943 de la novela "Laura", de Vera Caspary, marcó nuevos rumbos a un género bastante reiterativo, ha sido el principal condimento del grupo de nobles damas que nos ocupa, y ha influido de manera palpable en escritores varones de la talla de James Ellroy o Joseph Wambaugh. Y esto sucede porque, como decía P. D. James en Grenoble: "Nadie como la mujer para llegar al fondo de las cosas".

Sobre este estado de ánimo, o mejor dicho, sobre este estado de alma, indagan en lo más íntimo las protagonistas de las páginas que siguen, sin dejar para nada en el tintero aquellos temas que harían palidecer a los varones más preclaros: la virginidad, el impulso sexual, las relaciones afectivas, la bisexualidad, la menstruación o la muerte.
Además de su enorme sensibilidad, poco corriente entre los narradores másculinos del género policíaco, las mujeres aquí reunidas aportan a sus historias un aire de autenticidad y frescor, que ya quisieran para sí algunos de los autores de la llamada literatura con mayúsculas.

Junto a estas cualidades -tan comunes en las novelas de Kinsey Millhone escritas por Sue Grafton-, destaca en sus libros el rigor de los aspectos técnicos del relato, y la supresión de toda clase de tabues.
Asistir a la descripción de una autopsia narrada por la norteamericana Patricia Cornwell, o conocer por boca de la protagonista de "No llores mas, my lady", los pormenores de una violación, son auténticos platos fuertes a los que no estábamos acostumbrados.
Nada es ajeno a las damas del crimen especialmente, a las brillantes escritoras de los últimos años, tan incisivas como fascinantes. El amor, el odio, la venganza, los celos, la envidia, el sadismo... La literatura ha dejado de ser inocente en sus manos y la crueldad y la transgresión están a la orden del día.
Y ésta realidad incontestable, ocurre porque, como ha escrito el crítico y ensayista Juan Tebar (y cito de memoria), "Las mujeres tienen para la crueldad y la transgresión una sensibilidad bastante peculiar".
De su sabiduría para rastrear la maldad, y de su capacidad para contarla, hablamos en profundidad en "Agatha y Compañía", en un momento explendoroso del género, en el que, como aseguran los especialistas, "la novela policíaca está en manos de las damas". !Y menudas Damas¡
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Esto es solo un aperitivo para abrir boca (dado que ahora mismo estoy en manos del dentista), pero la realidad es que si toda va bien, en próximas entregas pasaré a algunos de los temas anunciados en mi primer Blog, que estoy seguro interesan más a los amigos de la revista STRONG.
En el entretanto, que Durruti os guarde.
Publicado por Rai Ferrer

No hay comentarios: